La publicación independiente, o los autoeditados, como también se nos conoce, porque somos los escritores quienes nos ocupamos de la edición de nuestros libros, no se ha detenido. Cada día hay más escritores que están tomando en serio publicar en las diferentes plataformas que ahora existen. Algunas tan prácticas como Smashwords, que permite que los libros sean publicados simultáneamente en muchas tiendas y centraliza la información de las ventas. Yo todavía no la he usado porque la subida de los libros es sumamente complicada, hasta ahora nada como Amazon, acepta cualquier formato de Word, que es con el que trabajo. Creo que uno de los mayores logros de esta plataforma es permitir que toda persona con un mínimo de conocimientos internáuticos pueda hacer uso de ella.
Otra de sus virtudes, y la más importante creo yo, es que no existe otra librería on line más grande y con mayor capacidad de distribución, tanto para los libros físicos como para los digitales. Muchas personas creen que los escritores independientes solo publicamos libros digitales y, para algunos, esto podría llegar a ser algo inalcanzable, pues no poseen un lector electrónico. Otros porque parece que el "olor" y el "tacto" del papel para ellos es imprescindible. Yo he dejado de lado el libro de papel para sumarme con entusiasmo a la lectura digital, no hay nada mejor que poder llevar toda una biblioteca en el bolso.
Pero para los que todavía se aferran a la lectura física, nosotros, los independientes, también publicamos en papel a través de la filial de Amazon CreateSpace. Al entrar a la página de venta del libro en un recuadro sale "Kindle" o "PaperBack", que es el libro en papel.
¿Cómo se compra un libro en Amazon? Muy sencillo. Como en cualquier tienda on line deben antes que nada registrarse. Esto es colocar sus datos, el de su tarjeta de crédito y su dirección. A partir de ese momento podrán comprar los libros que deseen. Una manera sencilla es ingresar a este enlace: Aquí. Los llevará a los libros más vendidos, o a este otro donde podrán ver las novedades: Aquí.
¿Quién dijo que los libros que vende Amazon no son buenos? Allí podemos encontrar a todos los autores, no solo a los independientes. Los clásicos, los bestsellers, y hasta algunos libros descatalogados, así como también miles de libros gratis. Y el servicio que esta empresa presta a los escritores que allí publican es excelente, tanto como a los que compran libros o cualquier artículo; se encuentra entre la compañías que mejor atención presta a los clientes.
También existe otra empresa filial: AmazonCrossing. Dan servicios de traducción, comercialización y distribución a los que publican en Amazon y generalmente son ellos quienes se comunican con los escritores después de haber elegido la obra que están interesados en traducir. Ya hay muchos compañeros independientes que han sido seleccionados para que sus novelas sean traducidas al inglés y al alemán, parece que estos dos idiomas son los que más venden. Por cierto, uno de mis libros será publicado por ellos en ambos idiomas.
Los escritores independientes tenemos hoy, más que nunca, muchas posibilidades de internacionalizar nuestras obras, y los lectores cuentan con mayores facilidades, ya no es una barrera la lejanía, la poca diversidad en las librerías de sus países, la negativa o el absoluto silencio de las editoriales cuando los escritores presentan sus obras. Nos hemos beneficiado ambos. Y también se le está dando al lector más importancia que nunca, pues no son las editoriales poderosas las que influyen en los gustos literarios, son los lectores quienes llevan al top a sus escritores favoritos, a veces unos absolutos desconocidos, como en el caso de E.L James, y sus "Cincuenta sombras de Grey", que se convirtió en el fenómeno editorial del siglo XXI, en este caso, lectoras que se pasaron la voz y terminaron enganchadas en una historia erótica que al mismo tiempo influyó en muchas otras escritoras que se dedicaron de manera febril a relatar historias con un fondo erótico bastante explícito.
Pero hay otros ejemplos similares, como el de Verónica Roth, autora de "Divergente", también llevada al cine y con millones de copias vendidas, cuyo contenido es diferente: Una futurista ciudad de Chicago tiene la población dividida en facciones, grupos de personas con singulares valores culturales, religiones y conductas. Una novela dirigida a un público joven que gusta de la ciencia-ficción, ideal para la pantalla grande. Estos son dos ejemplos de escritoras independientes que lanzaron su libro en Amazon sin respaldo editorial, pero que al cabo de lograr la fama fueron absorbidas por grandes editoriales y firmaron por cifras millonarias.
¿De qué depende el éxito de una novela a ese nivel ? Nadie lo sabe. Supongo que ni los propios lectores. Pero es indudable que aunque mucha gente se queje de que E.L James y sus cincuenta sombras no tienen valor literario, la verdad es que logró la atención de las lectoras (y lectores) por la novedad del esquema planteado en la novela. Nadie había escrito antes con tanta claridad acerca de la relación sadomasoquista. Y si unimos esto a un par de protagonistas hermosos y perfectos, como los que gustan a las consumidoras de novelas rosa, el éxito era casi previsible.
Pienso que hay muchos otros factores para que las novelas tengan éxito, y a mi modo de ver depende más que nada del mundo en el que estamos viviendo. De la clase de contenidos que vemos en la televisión, y del entorno social y cultural.
Y bien amigos escritores y lectores, espero que esta disertación les haya sido útil, tanto a los escritores emergentes como a los lectores que todavía no se atreven a comprar por Internet, o a leer un libro digital, recuerden que el futuro es ahora, y debemos aprovechar las tecnologías a nuestro alcance.
¡Hasta la próxima!
viernes, 27 de febrero de 2015
miércoles, 18 de febrero de 2015
La tertulia de los sábados
Somos cuatro en la tertulia de los sábados; cuatro fijos,
algunas veces se suman Alessandra u Oscar, pero siempre Iris, Heberto, Krina y
yo fieles a nuestra cita nos reunimos y cada sábado leemos nuestros trabajos.
Heberto con los cuentos de su nuevo libro de minibiografías, esta vez de
inventores; Krina con sus cuentos para una antología de autores consagrados y
yo con mi novela El rastreador, que poco a poco va tomando forma.
Iris no escribe, pero es un águila para cazar errores.
Especialmente estos, los adverbios terminados en mente que se nos escapan de
manera rutinaria y que el maestro García Márquez odiaba como la peste. También
las repeticiones, cacofonías e incongruencias son la especialidad de Iris.
Krina es una polaca criada en Israel, viuda de un portugués,
nacionalizada venezolana. No me sorprende que hable tan bien español. Lo que de
verdad me asombra es que escriba en nuestro idioma con tal soltura y belleza
como para haber ganado varios premios literarios. Heberto dice: Si Krina se presenta a un concurso, yo no lo
hago. Lo más probable es que se lleve el premio. Como en efecto ha
sucedido. Qué orgullo sentarme al lado
de estos dos pesos pesados de la Literatura con mayúsculas.
Este martes feriado de carnaval, nos reunimos en casa como
algo inusual, pues siempre lo hacemos en casa de Heberto. Krina llevó un cuento con un título extraño: “Pizza
y destino”. Lo que llama la atención en su narrativa es la capacidad que tiene
para relatar un acontecimiento de manera detallista, sin perder el hilo
conductor, sin hacer concesiones, no importa si el cuento llega a quince o
veinte páginas, en cada párrafo habrá un motivo de regocijo, de admiración o se
abrirá una nueva interrogante. Es lo que llamo escritora innata. Aunque si a
ver bien vamos, todos los que escribimos somos escritores innatos, de lo
contrario no pudiéramos hilvanar una frase tras otra. Algunos hemos empezado
tarde, como el caso de Heberto, quien después de apenas diez años se ha
convertido en un ganador de premios literarios y profesor de narrativa. Pasó de
no escribir absolutamente nada a escribir todos los días —porque es metódico—, y es un lector tan atento
que detecta los errores que a otros les pasan inadvertidos.
Esa coma está de más, es
su acotación preferida. Y nosotros borramos con fervor esas comas de los
lugares inútiles. Siempre tiene razón, el texto cobra soltura, elegancia. O
también cuando se trata de artículos: Krina,
quita esa ‘la’, o ese ‘lo’, o no pongas ‘un’, bórralo. Y ella sonríe
satisfecha: No saben qué feliz soy cuando
me eliminan los artículos.
Los cuentos de Heberto son pulcros, definidos, reconocibles
por el uso del asíndeton que ya forma parte de su estilo, lo que confiere a su
narrativa una pasión contenida, una fluidez que muchas veces envidio. Rara vez
le encontramos errores, y cuando sucede uno siente que está aprendiendo y que
es capaz de detectar fallas en un texto ya pulido.
Dicen que la escritura es una labor solitaria y tienen razón
quienes así lo aseveran, porque se escribe en soledad. En el acto de escribir
uno se encuentra solo, sin nadie en quién apoyarse, salvo Google para alguna
información o para sacarnos de alguna duda, pero la creatividad, el momento
mágico en el que el escritor se encuentra frente al papel o a la pantalla es
íntimo. No hay espacio para nadie más. La corrección, en cambio, es diferente.
Con estas lecturas conjuntas tenemos la oportunidad de captar la reacción de
los demás, presentir si lo que estamos haciendo va por buen camino o, como en
el caso de los cuentos, cuya extensión permite leerlos completos de una sola
sentada, si causaron el efecto deseado. ¿En
serio les pareció bien el cuento? Es la pregunta acostumbrada de Krina.
Sabe que escribe bien, porque refuta con pasión cada enmienda o intento de
cambio, pero aquella duda que corroe a todo escritor también puede con ella, y
la comprendo, porque me ocurre igual. Yo prefiero no preguntar si lo que
escribí gustó. Soy como el avestruz, escondo la testa porque me horroriza saber
lo mal que lo hice. Sin embargo mis amigos siempre alaban cada nuevo capítulo: Es un verdadero Thriller, dicen y yo no
estoy segura si es un halago o una crítica solapada, porque los thrillers, aunque me encantan y a mucha
gente también, no se consideran precisamente literatura de la buena.
Cada escritor sabe hasta dónde llega su destreza, qué genero
le va mejor, o qué es lo que le apasiona escribir. Y aunque digan que yo escribo
todos los géneros sé que en todos pervive la tendencia que tengo por las
historias de aventuras. Por eso creo que “La búsqueda”; una historia acerca de
nazis y campos de concentración me salió como un thriller; cualquiera de los cuentos de Krina asemejan novelas por
los giros y descripciones detalladas, y Heberto es una autoridad en cuentos. La
teoría llevada a la práctica como resultado de una fórmula mágica de la que es
imposible sustraerse: El cuento debe
tener introducción, nudo y desenlace. (No siempre en ese orden). El
nudo surge a partir de un quiebre o alteración de lo planteado en la
introducción. Sin estos elementos no puede escribirse un cuento, pues
carecería de interés. Sería una mera enumeración de acontecimientos.
Así voy adentrándome en ese misterioso proceso de la
escritura, voy descubriendo tertulia tras tertulia que todavía me falta mucho
por aprender, y agradezco a la vida que siempre ponga en mi camino personas de
quienes pueda hacerlo. Mi carrera como escritora es la suma de situaciones y de
encuentros especiales. Cuando doy una mirada hacia atrás veo que todo sucedió
como debía ser. No hubo ningún movimiento en falso, cada tropezón tuvo su
motivo y me encaminó hacia la vía correcta. Todo a su tiempo, ni antes ni
después. No tengo dudas.
Muchas gracias a mis amigos contertulios y a todos quienes se
cruzaron en mi camino durante estos catorce años. Me siento satisfecha por el camino recorrido y
tengo curiosidad por lo que me depara el futuro.
¡Hasta la próxima, amigos!
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