viernes, 22 de diciembre de 2017

La importancia de la promoción de nuestros libros


Faltan muy pocos días para que finalice el año 2017 y, como casi todos los años, acostumbro publicar una entrada con algunas reflexiones generales.

Este año publiqué dos novelas. No. No es que escriba como alguna persona sugirió: una novela mensual. El año anterior no había publicado ninguna, pues estaba terminando El Manuscrito III, y empecé La lista, que pude publicar en junio de este año. Y estoy satisfecha con los resultados.

La publicación independiente se ha expandido de una manera insospechada, hoy en día no solo publican los que tenía las puertas cerradas en las editoriales; también lo hacen autores reconocidos, lo cual de alguna manera incrementa la importancia de este tipo de publicación. Y los escritores hemos aprendido mucho, no solo a ser más cuidadosos con nuestras obras en cuanto a calidad de edición sino también a la variedad de temas. Hace un par de años yo apenas leía a algún independiente, pues cada vez que asomaba mis ojos por las páginas de muestra, surgían ante mí tal cantidad de dislates, que elegía libros de autores más experimentados. Este año he leído 24 libros de autores indies, y la mayoría de ellos son tan buenos como los de cualquier autor publicado por editorial.

Los escritores independientes también han mejorado la manera de proyectarse al público. Los banners o carteles publicitarios son cada vez más atractivos, más profesionales, más sutiles (con algunas excepciones), y se nota un trabajo sistemático de promoción, pues lo he comprobado, lo que no se exhibe, sencillamente no se vende. Los que publicamos a través de Amazon lo hacemos básicamente para vender libros digitales, aunque también los tenemos en papel y otros formatos como audible. Pero los que entran a comprar a Amazon, en su mayoría, al menos por ahora y desde que se inventó el Kindle, lo hace para adquirir libros digitales, por el precio y la comodidad. ¿Qué sucede entonces? Que todavía gran parte de la sociedad lectora no tiene un Kindle ni sabe que existe. Siguen con la costumbre de ir a las librerías, y generalmente compran los que están en exhibición en primer plano, es decir: los que están de moda o acaban de ser lanzados al mercado.

Nosotros, los que publicamos libros digitales a través de plataformas como Amazon u otras, no contamos con ese respaldo; los que nos compran tienen que ser, invariablemente, personas que estén familiarizadas con las redes sociales y sepan operar un ordenador o un móvil inteligente, personas de una era en la que la digitalización y las nuevas formas de comunicación, compra y servicios son diferentes del pasado. En pocas palabras: pertenecemos a esta época. Y no hablo solo de jóvenes, que he visto muchachos que no tienen idea de lo que es un lector electrónico, hablo de personas de cualquier edad que no se han quedado estancadas. Por suerte, Facebook ha contribuido en gran parte a que los mayores se “arriesguen” a utilizar un computador, a poner sus datos en la red y a navegar para encontrar a sus amigos y seres queridos, y eso está muy bien, así se empieza, porque la edad no tiene nada que ver con la capacidad intelectual o cognoscitiva de las personas. Así, hoy en día tenemos personas que pasan los sesenta años y son expertas subiendo sus libros a Amazon, ingresan a Twitter y suben imágenes, promueven sus libros, incentivan a comprarlos y ayudan a otros escritores, algo impensable solo unos seis años atrás. En suma, la promoción de nuestros libros es de suma importancia para los que publicamos en plataformas digitales. Y aquí hago un acápite: Yo promociono libros de muchos autores, eso no quiere decir que los haya leído todos, creo que igual pasa con gran parte de nosotros. De manera que SOLO promociono. Cuando los he leído y me han gustado suelo poner: "Lo recomiendo". Creo que es bueno aclararlo, porque he visto por ahí tweets haciendo mención a su libro como si fuera una recomendación mía, y no es así.

La fascinación que ejerce Internet después de que se ha empezado a usarlo, no solo para enviar correos electrónicos sino como una herramienta gratuita de gran utilidad para los fines que perseguimos, es imparable. Me alegra mucho que todo esto esté ocurriendo en la época que me ha tocado vivir.

Aprovechemos pues, la tecnología para nuestro crecimiento como escritores y como personas, y publiquemos historias cada vez mejores, porque lo que hoy publicamos perdurará después de nuestra muerte. Ningún dato se pierde. Si dentro de veinte años alguien busca en la red a Blanca Miosi probablemente me encontrará, y también al niño que se enfrentó a los nazis.

Es la magia de Internet,

¡Hasta el próximo año, amigos!

6 comentarios:

  1. Buena reflexión, Blanca!!
    Te cuento que estoy por terminar LA LISTA, ya te contaré =)
    UN beso y felices fiestas!!

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  2. Me ha gustado mucho la visión que expones sobre este tema. Enhorabuena por los éxitos de 2017, y a seguir con el mismo empuje en el año que comienza: eres una referencia muy importante en el mundo de la autopublicación. ¡Un abrazo, Blanca!

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    1. Muchas gracias, Esther, por tu comentario y por tu visita.

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  3. Estoy casi segura de que de no haber sido por Amazon y las redes sociales jamás habría llegado a un número digno de lectores, así que no puedo estar más de acuerdo contigo.
    Un abrazo, Blanca.

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    1. Eres un ejemplo de todo lo que he dicho arriba, Mercedes, hoy por hoy una de las escritoras españolas más cotizadas y leídas. Un abrazo!

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